Utiliza cautela al evaluar información

Hace unos días, mientras escuchaba un podcast, caí en una trampa que ya conozco. Tan pronto terminó el programa, me vi frente a la computadora buscando un suplemento, lista para ordenarlo. ¿Por qué? Pues, en el podcast un médico habló sobre un estudio donde la incidencia de mortalidad para las personas que consumían este suplemento era cero. ¡Qué descubrimiento! ¿Quién no quisiera reducir su riesgo de mortalidad?

Por suerte, justo cuando estaba a punto de hacer la compra, paré y pensé: ¿Por qué no he escuchado esto antes? ¿Cómo funciona este suplemento en términos fisiológicos? ¿Habrán otras variables que pueden explicar los resultados del estudio? ¿Hay otros estudios que replican estos resultados? ¿Qué piensan otros médicos sobre este suplemento?

Cuando algo parece demasiado bueno, puede que lo sea. Hay que escudriñar hasta a los expertos. Un ejemplo: Si 4 de 5 dentistas recomiendan un cepillo de dientes, debe ser un muy buen cepillo. ¿Así que salgo y lo compro? Si… no… quizás… ¡depende! Si solamente tengo 5 minutos para tomar una decisión, pues si debo comprar el cepillo de dientes más recomendado. PERO si tengo más tiempo para evaluar las opciones, quizás deba averiguar que sugiere el quinto dentista. Para explorar esa opción debo considerar lo siguiente antes de tomar mi decisión:

  • Leer las opiniones de expertos con credenciales: Estas son personas que llevan tiempo estudiando el área de interés y entienden todos los aspectos importantes mejor que el resto de la población.
  • Evaluar lo que hicieron en el estudio: ¿Hace sentido a simple vista su explicación? 
  • Comparar el grupo del estudio conmigo: ¿Se parecen a mí las personas en el estudio? Por ejemplo, ¿son de la misma edad? ¿Están en la misma condición física? ¿Hay factores particulares a mi que debo considerar como alergias?
  • Buscar otros estudios que hayan obtenido los mismos resultados: Esto puede ser más difícil cuando es una idea nueva pero es importante buscar otros estudios que confirmen o contradigan los resultados del estudio original. Por ejemplo, ¿hay algún estudio que demuestre que un suplemento no tiene efectos ni buenos ni malos – que es tan efectivo como un placebo?
  • Buscar otros puntos de vista: Están de acuerdo los expertos? Debemos buscar otros expertos de buena reputación y credenciales que tengan opiniones diferentes y hasta contrarias. Debemos cuidarnos de solo buscar información que confirme lo que ya “sabíamos”. Esto también nos ayuda a formular nuestros propios argumentos en contra de la postura inicial. La meta de este ejercicio es conseguirla major cantidad de información de diferentes puntos de vista posible.
  • Reconocer nuestros límites: Si no has tomado un curso en fisiología, debes deferir a los expertos. Si quieres aumentar tu conocimiento en otras áreas explora la posibilidad de tomar cursos en línea. Muchos de estos son gratis en lugares como Coursera, EdEx y Udemy. No será tan riguroso como matricularse en un programa pero sí será mejor y más estructurado que pasar 20 minutos buscando información de manera desorganizada en Google.
  • Toma la decisión: Una vez hayas evaluado la información y escuchado diferentes puntos de vista, toma la decisión. 

Es importante escuchar lo que tienen que decir las personas con ideas nuevas. Esas ideas son las que avanzan la ciencia y la tecnología. Pero también es importante que seamos cautelosos a la hora de consumir información y aceptar conclusiones. Detente, evalúa, aprende, reevalua y luego decide.